EVELIO CABREJO

El desarrollo del lenguaje en los niños no es solo un proceso cognitivo, sino también afectivo. La relación entre el adulto y el niño, cargada de emociones, influye directamente en la adquisición y uso del lenguaje. (Cabrejo, 2011).

Se refiere a la capacidad del niño para prever lo que ocurrirá en un relato. Esta habilidad surge durante la lectura compartida de cuentos, donde los niños comienzan a anticipar el desenlace o las acciones de los personajes, desarrollando así habilidades narrativas y de predicción. (Cabrejo, 2011).

Los cuentos son fundamentales para el desarrollo del lenguaje y la imaginación en los niños. A través de las narraciones, los niños pueden comprender mejor el mundo que los rodea y construir su propia narrativa interna. (Cabrejo, 2007).

El diálogo entre el adulto y el niño es esencial en el proceso de aprendizaje del lenguaje. No se trata solo de hablar al niño, sino de interactuar con él, escuchar sus respuestas y fomentar su capacidad para expresarse. (Cabrejo, 1999).

Hace referencia a la estructura interna que los niños comienzan a construir sobre cómo funcionan las historias. A través de la repetición y la exposición a diferentes relatos, los niños desarrollan un “esquema” que les permite comprender y contar sus propias historias. (Cabrejo, 2007).

Destaca la importancia de la imaginación en el desarrollo infantil. A través de la literatura y el lenguaje, los niños son capaces de crear mundos imaginarios, lo que les permite explorar realidades alternativas y desarrollar habilidades cognitivas y emocionales. (Cabrejo, 2007).

Este concepto refiere al proceso mediante el cual los niños aprenden el lenguaje a través de la interacción social. El lenguaje no se aprende de forma aislada, sino en contexto, mediante la interacción constante con otros hablantes. (Cabrejo, 1999).

Subraya la capacidad del lenguaje para representar el mundo de manera simbólica. Los niños, a través de las palabras, no solo nombran objetos y acciones, sino que también crean significados más complejos que les permiten comprender y conceptualizar el mundo a su alrededor. (Cabrejo, 2011).

La oralidad es el primer paso en la adquisición del lenguaje. A través de la interacción oral, los niños desarrollan la habilidad de comunicarse y, eventualmente, construir las bases para la escritura y la lectura. (Cabrejo, 2007).

Método

Cabrejo Parra utiliza principalmente métodos cualitativos para investigar el desarrollo del lenguaje en la infancia. Entre los métodos más frecuentes en su trabajo están:

• Observación directa: Cabrejo observa cómo los niños interactúan con los adultos, especialmente en situaciones de lectura compartida de cuentos o en conversaciones espontáneas.
• Entrevistas: Realiza entrevistas con los cuidadores, padres o educadores para comprender el contexto afectivo y cultural que rodea al niño.
• Análisis del discurso: Estudia el lenguaje que los niños utilizan en diferentes situaciones, identificando cómo construyen su narrativa y cómo entienden los relatos que les son contados.

Además, integra el psicoanálisis en la interpretación de las emociones y la subjetividad del niño en su proceso de aprendizaje, lo que complementa su enfoque más lingüístico y educativo.

Metodología

La metodología de Cabrejo Parra tiene un fuerte énfasis en el contexto social y afectivo en el que se da el aprendizaje del lenguaje. Algunos puntos clave de su enfoque metodológico son:

1. Interacción social: La adquisición del lenguaje no ocurre de manera aislada, sino en el marco de una interacción constante con adultos que guían al niño en su uso del lenguaje. Esta interacción, según Cabrejo, está cargada de elementos afectivos y simbólicos.
2. Enfoque en la literatura infantil: Cabrejo considera que los cuentos y las historias tienen un papel crucial en el desarrollo del lenguaje. Su metodología incluye el análisis de la influencia que la narración de historias tiene en la construcción del pensamiento narrativo en los niños.
3. Perspectiva interdisciplinaria: Combina conceptos del psicoanálisis y la lingüística. Utiliza el psicoanálisis para comprender cómo los niños procesan emocionalmente las interacciones y el lenguaje, mientras que la lingüística le permite analizar el desarrollo cognitivo y estructural del lenguaje.
4. Participación activa del niño: En sus investigaciones, el niño no es un sujeto pasivo, sino un participante activo que interactúa con el adulto y el entorno, construyendo su propio entendimiento del lenguaje y el mundo.

Ejemplos aplicados

A continuación, algunos ejemplos de cómo se ha aplicado su método en investigaciones:

1. Lectura compartida de cuentos: En su trabajo, Cabrejo ha estudiado cómo la lectura de cuentos entre adultos y niños contribuye al desarrollo del pensamiento simbólico y narrativo en los pequeños. Al observar cómo los niños reaccionan a los relatos, Cabrejo analiza cómo anticipan el desenlace, comprenden la secuencia de eventos y participan activamente en la construcción de significados.
2. Desarrollo del lenguaje oral en la primera infancia: Cabrejo ha investigado el desarrollo del lenguaje en niños pequeños mediante la observación de sus interacciones diarias con sus cuidadores. Ha analizado cómo los niños aprenden a nombrar objetos, a construir frases y a utilizar el lenguaje para expresar sus deseos y emociones, en gran parte a través del diálogo con los adultos.
3. Rol del adulto como mediador: En muchos de sus estudios, Cabrejo ha destacado la importancia del adulto como mediador en el proceso de adquisición del lenguaje. Por ejemplo, en situaciones de narración de cuentos, el adulto no solo cuenta la historia, sino que también interactúa con el niño, le pregunta, comenta y explica, lo que facilita el aprendizaje de nuevas palabras y estructuras gramaticales.
4. Desarrollo de la imaginación y la creatividad: En investigaciones relacionadas con la imaginación infantil, Cabrejo ha observado cómo los niños, a través de la exposición a relatos y a la narración, son capaces de crear mundos imaginarios. Ha demostrado que este proceso contribuye no solo al desarrollo del lenguaje, sino también a la capacidad de los niños para enfrentar problemas y comprender mejor su entorno.